Hace ya unos años que la palabra reciclaje ha entrado de lleno en nuestro día a día. Y aunque cada vez hay más gente comprometida con reducir la contaminación y los residuos, todavía quedan muchos pasos que dar para minimizar la huella medioambiental. Esto no quiere decir que tengamos que hacer grandes cambios en nuestra rutina cotidiana. Simplemente se trata de hacer un pequeño cambio de chip para reducir los residuos que generamos de manera significativa.
Empecemos con lo básico: separar la basura correctamente (los restos orgánicos, los inorgánicos, el vidrio, el papel…). Existen cubos de cocina de diferentes colores para no confundirnos sobre lo que se deposita en cada contenedor. Con 3 cubos es suficiente, pero si nuestro espacio no nos permite colocar los 3, siempre podemos utilizar bolsas independientes. Y si estas bolsas pueden ser recicladas, mejor que mejor.
Además de hacer cambios en los contenedores, también podemos empezar a tomar conciencia del uso de plásticos innecesarios: bolsas de la compra, tuppers, pajitas, envases de muchos alimentos… Parece que no, pero evitarlo es muy sencillo. Por ejemplo, podemos ir a la compra con un carrito, o con bolsas de cartón o tela reutilizables.
Comprar a granel también es una buena idea para no acumular envoltorios de plástico innecesarios. Además de ahorrar plástico, podrás comprar solo la cantidad de producto que necesites antes de que se ponga malo. ¡Todo son ventajas!
Otra opción para reducir plásticos innecesarios es desterrar los rollos de film transparente y de papel de aluminio con alternativas reutilizables como una funda de silicona para envolver la comida. Ya sea para bocadillos o para guardar alimentos en el congelador, esta bolsa se adapta bien y es muy fácil de limpiar.
Las pajitas de plástico también podemos suprimirlas. Puede que pienses que no son uno de los elementos más utilizados pero, según datos de Greenpeace de 2018, se consumen unos 13 millones de pajitas al día en el mundo, algunas de las cuales pueden tardar hasta 500 años en descomponerse. La alternativa es sencilla desde materiales naturales como el cartón o el bambú, hasta la silicona o el metal. Y lo mismo pasa con los tuppers. Podemos cambiar los de plástico por otros de cristal o acero inoxidable con las tapas de silicona.