El plástico es un material muy arraigado en nuestra sociedad. Lo usamos para casi todo, sin tener en cuenta que se trata de un material con una vida útil muy corta que deja una huella muy duradera en nuestro planeta. Nunca llega a desaparecer del todo. Con el paso de los años se va haciendo cada vez más pequeño hasta convertirse en microplásticos que se acumulan en el mar contaminando la vida animal. Algunos animales puede morir de inanición con el estómago lleno de microplásticos, y los que consiguen sobrevivir, llegan a nuestra cadena alimentaria contaminando nuestro organismo.
La cocina es, de hecho, el espacio en el que se acumulan una mayor cantidad de residuos plásticos. El 40% de los plásticos producidos son envases de un solo uso y, aunque la tasa de reciclaje ha ido creciendo en Europa, a día de hoy es tan solo de un 30%. Si bien es cierto, cada vez tenemos una mayor conciencia respecto a este problema. Y como prueba de ello la venta de vasos, cubiertos y pequeños envases de plástico ya tienen los días contados en nuestro país, con lo que se estima que a partir de 2021 entrará en vigor la prohibición total de su venta.
Vivir sin plástico no es tan difícil como podemos pensar a priori. Hay que empezar por pequeños gestos para ir reduciendo su consumo de forma paulatina. Si prestamos atención nos damos cuenta de que el plástico forma parte de nuestro día a día, empezando por nuestra compra. Así pues vamos a empezar por lo más simple, que es prescindiendo de las bolsas de plástico de los supermercados. Lo siguiente es evitar comprar envases individuales o cualquier tipo de empaquetado de plástico. Y ¿por qué no? ¡Vamos a poner de nuevo de moda, el carrito de tela de la compra!
Si tiendes a hacer comida para toda la semana, olvídate del típico tupper de plástico, úsalos de vidrio, que además son más saludables si sueles descongelar o hacer la comida en el microondas. Y si eres de guardar alimentos en la nevera, trata de evitar el papel “film”, hoy en día hay muchas ideas DIY para hacerte tus propias coberturas de tela con una goma y pocos conocimientos de costura.
La compra a granel y el uso de envases de vidrio para la conservación de los alimentos es una opción que muchas familias ya están interiorizando. Además, las escuelas también fomentan el uso de menos plásticos y es ya más que habitual guardar los bocadillos de los peques de la casa en “wraps” o fundas de silicona por imperativo escolar.
Así, si empezamos sustituyendo el plástico por el vidrio u otros elementos reutilizables de calidad de forma gradual, sin darnos cuenta estaremos cambiando nuestros hábitos y nos será más fácil pasar al siguiente escalón en la lucha contra el plástico sin casi darnos cuenta. Verás como en poco tiempo el uso de materiales no plásticos en tu cocina se convertirá en algo natural.
Como podéis comprobar, granito a granito podemos hacer grandes cambios que ayudan a preservar y cuidar a nuestro planeta. Simplemente hace falta recordar estos pequeños tips e irlos introduciendo en nuestra vida diaria poco a poco.
En los supermercados SPAR queremos ayudarte en esta tarea. Por eso, en nuestra firme apuesta por combatir el uso de plásticos en los establecimientos SPAR, estamos eliminando las bolsas de plástico y sustituyéndolas por bolsas de papel. Además, en SPAR seguiremos con la política de reducción del plástico virgen en todos nuestros envases.