Actualmente existe un gran debate sobre el aceite de palma y sus efectos tanto en la salud como en las afectaciones al planeta. Pero, ¿lo sabemos todo sobre este aceite?
Vamos a ver lo que comporta su consumo en la industria alimentaria y las afectaciones en nuestra salud.
¿Qué es el aceite de palma? Procede de la palmera “Elaeis guineensis” y se cultiva mayoritariamente en África y el sureste asiático, especialmente en Indonesia y Malasia. Este aceite se exporta procesado para biocombustibles y para la industria alimentaria, en forma también de grasa o manteca, encontrándose en diversas cremas y coberturas, productos para untar, bollería industrial, snacks, productos de limpieza e incluso en velas y cosméticos. En resumen, está oculto en miles de productos que utilizamos en nuestro día a día y que consumimos incluso sin darnos cuenta.
Su producción se ha cuadriplicado en los últimos 20 años y las plantaciones de aceite de palma son la principal causa de deforestación en Malasia e Indonesia. Aproximadamente el 70% de las plantaciones de palma en Indonesia y el 50% en Malasia, están situadas en zonas que previamente eran bosque tropical. Por tanto, podemos decir que nos encontramos delante de un gran enemigo para el planeta.
Al margen del daño ecológico, si hablamos de efectos sobre la salud, ¿deberíamos consumir este aceite? La respuesta según el Comité Asesor del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas es clara: “Cuanta menos cantidad se consuma mejor”. El aceite de palma es un aceite muy rico en grasas saturadas, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares al incrementar los niveles de colesterol. Aunque sea un aceite vegetal está comprobado que contiene altas cantidades de grasas que no son recomendables para un consumo diario. La Federación Española de Sociedades Científicas de Nutrición recomienda que el total de grasas saturadas no supere el 10% del total calórico.
En resumen, viendo las afectaciones negativas que tiene el uso y producción de este aceite en la salud y el planeta, lo más recomendable es no consumirlo preferentemente y a poder ser, sustituirlo por otros productos. Siguiendo esta línea, SPAR ya está reduciendo el uso del aceite de palma en prácticamente la totalidad de sus productos para así mejorar la calidad y contribuir a una mejor salud y medioambiente.