Con la llegada del invierno nuestra piel suele sufrir más irritaciones, sequedad y mostrar un aspecto más apagado. Esto sucede debido a que el frío altera la película hidrolipídica de nuestra piel y las glándulas sebáceas trabajan con mayor lentitud. Además, debemos tener en cuenta el impacto negativo que los meses de verano tienen sobre nuestra piel debido, sobre todo, a una exposición intensa al sol y también a la alteración de nuestras rutinas cosméticas.
Por todo esto, durante estos meses debemos prestar una especial atención a nuestra piel para evitar que sufra o se deteriore. ¿Cómo?
Hidratación. Es la clave para tener una piel sana durante los meses de frío. En invierno nuestra piel produce menos aceites naturales, lo que implica que necesitemos una hidratación más profunda y frecuente. Puedes optar por una crema hidratante con textura más densa y a base de aceites vegetales naturales. Además, puedes incorporar a tu rutina de belleza alguna mascarilla hidratante para complementar el efecto de las cremas.
Durante los meses de invierno es normal la acumulación de células muertas debido a los múltiples cambios de temperatura que sufrimos a lo largo del día. Para deshacerse de ellas debes optar por una exfoliación suave por lo menos una vez a la semana. De esta manera, fomentas la regeneración de tu piel dejándola suave y sobre todo saludable.
Sella tus labios. No solo debemos tener cuidado de nuestro rostro. Los labios también sufren los efectos del frio y por eso debemos protegerlos. Aplicarte un buen bálsamo ayudará a evitar las grietas y la sensación de escozor.
Elegir una buena alimentación. Lo qué comas durante el invierno también puede tener un gran impacto sobre tu piel. Debes ingerir alimentos que contengan mucha vitamina A, tales como las espinacas, la zanahoria, la col o la lechuga. También es saludable comer grasas saludables y ácidos grasos que se encuentran, por ejemplo, en el aguacate, el aceite de oliva o los frutos secos. Y no te olvides de beber mucha agua. ¡La hidratación que comentábamos al principio es tan importante por fuera como por dentro!
Siguiendo estas recomendaciones, los efectos del frío no se notarán en tu rostro. Pero más allá de esto es importantísimo escuchar a tu piel, al final será ella quien te comunicará qué productos necesita.