A pesar de que el inicio del otoño generalmente es visto con cierta tristeza debido al fin de las vacaciones, al reencuentro con las rutinas y al hecho de poder disfrutar de menos horas de luz al día, lo cierto es que no hay mejor momento para verlo como una oportunidad de cambiar, empezar, retomar o emprender nuevos proyectos. Porque para algunos, septiembre está dejando de ser un mes que deprime para convertirse en el mes de la reinvención.
Nadie dijo que reinventarse fuera fácil, pero todos hemos llegado alguna vez, en algún momento de nuestras vidas, en el que nos hemos dado cuenta de que nada es como nos lo habían contado, ni tan fácil ni divertido. Y es que las expectativas impuestas por la sociedad que se nos van generando a lo largo de los años, al fin y al cabo, siempre producen cierta decepción ya que, en el fondo, nunca hay una regla fija para todo y para todos.
Somos lo que somos, o lo que las experiencias de la vida nos han permitido ser, y siempre es un buen momento para darle la vuelta a la cosas, empezar de nuevo o emprender un cambio a mejor. Y es entonces cuando el hecho de reinventarse se convierte en la respuesta.
Nunca es tarde para apuntarte a aquellas clases de guitarra que siempre has querido hacer, retomar aquella idea de negocio que tenías pendiente llevar a cabo, encontrar un nuevo amor o a dejarlo todo para empezar totalmente de nuevo. Así pues, puedes reinventar tu vida entera o bien introducir pequeños cambios que la hagan más feliz. Sí, se puede, y la respuesta está en esa vocecilla que nos ronronea en nuestro interior. ¡Y los expertos lo certifican!
Muchos os preguntaréis ¿Cómo? No es ni fácil ni difícil, todo está en querer, porqué como bien dice la frase “querer es poder”. Lo primero es quitarse todos esos miedos y dudas, que nos infundan y paralizan, y abrirse a aprender de lo nuevo y a entrenar nuestras fortalezas, lo que vendría a ser “sacar tu mejor versión”. Para ello es importante estar seguro de ti y eso se consigue desparasitándote del qué dirán y de la búsqueda incesante de la aprobación de los demás. Hay que ser fiel a uno mismo, sin importar lo que piensen los demás, aceptarnos tal y como somos y confiar en nuestras capacidades.
Para empezar es bueno visualizarse haciendo lo que más te gusta hacer o bien cumpliendo aquella meta que te gustaría conseguir. Visualizar la meta es el primer paso para ir hacia ella. Aprovecha la energía que te transmite esa visión y conviértela en el empuje necesario para empezar a emprender el camino.
¡No te compares con nadie! Cada uno vive la vida a su tiempo y a su manera. Aunque la comparación es inevitable y a veces no está mal un baño de realidad para hacer un repaso de todo aquello que has hecho en la vida, hacer balance y sentar las bases de lo que vas a hacer a partir de ahora.
Reinventarse sólo depende de ti y puedes hacerlo tantas veces quieras. Y no busques el día perfecto, ¡ese día no existe! Cada día es un buen día para volver a empezar, porqué como reza el epitafio “hoy puede ser el primer día del resto de tu vida”.