Cada vez más dietistas recomiendan involucrar a los niños en la elaboración de las comidas, y es que cocinar con ellos es la mejor manera de enseñarles a comer de una forma equilibrada. Un ejercicio perfecto para inculcar a los más pequeños de la casa las bases de una alimentación sana.
Hasta hace poco los conceptos cocina–niño parecían incompatibles, pero a día de hoy, y seguramente gracias a determinados programas de televisión, esta incompatibilidad parece haber desaparecido. Vamos a aprovecharla, ya que el hecho de dejar entrar a los más pequeños de la casa en las cocinas les va a proporcionar un sinfín de beneficios.
¿Queréis conocer algunos de ellos?
Cocinando, los más pequeños de la casa entran en contacto con los alimentos, los tocan, descubren diferentes texturas y aprenden a distinguirlos.
Para ellos, cocinar es un juego más, y este juego puede empezar eligiendo la propia receta, leyendo los ingredientes que van a necesitar (concentración), pesando las cantidades (matemáticas), mezclando los ingredientes… ¡hagámoslo divertido!
Además, es un ejercicio perfecto para fortalecer la motricidad fina de los más pequeños. Este tipo de motricidad es la que les permite hacer movimientos pequeños y precisos con las manos gracias a los utensilios de cocina que deben utilizar, siendo fundamental en las primeras etapas de la vida.
Cocinando con ellos les estamos ayudando, casi sin darnos cuenta, a aumentar su autonomía (los expertos aseguran que los niños con pocos hábitos de autonomía tienen mayor riesgo de presentar problemas de aprendizaje y de relación con los demás).
De esta manera, los niños acostumbrados a moverse por las cocinas, ganan en independencia y capacidad de decisión. Esta autonomía les ayudará a realizar tareas culinarias sencillas sin necesidad de supervisión (pelar un plátano, añadir azúcar a la leche …)
Fortalecemos también el vínculo comunicativo entre los miembros de la familia ya que podemos aprovechar estos momentos para mantener conversaciones tranquilas, aprender y enseñar a escuchar y a razonar juntos.
Son muchos los beneficios de cocinar juntos. ¿Los contras? Sí, la limpieza, pero no hay nada que una buena “vaporeta” no pueda solucionar .