Durante la Semana Santa y los días que la preceden, gastronomía y religión van de la mano. Si bien es posible que el concepto religioso se haya ido perdiendo, lo cierto es que, por una razón u otra, la tradición se impone en esta época.
Es esta tradición la encargada de trasladar a las cocinas aquellas recetas que se van repitiendo año tras año, pasando de abuelas a madres y de padres a hijos.
En muchas casas se reproducen recetas típicas de Pascua y Vigilia. Y es que, una vez celebrado el Carnaval y el Miércoles de Ceniza, damos inicio al tiempo de la Cuaresma, siete semanas que se prolongan hasta el Jueves Santo.
Son siete semanas, 40 días, 960 horas durante las cuales los creyentes en el cristianismo se preparan para la llegada de las fiestas de Pascua y los no creyentes, en muchas ocasiones, se dejan llevar por arraigadas tradiciones.
Desde el punto de vista culinario, podemos hablar de una serie de recetas de obligada presencia durante estos días, recetas que no pueden faltar y que van a configurar, con nombre propio, la gastronomía de Semana Santa.
Cuentan las tradiciones religiosas que, durante la vigilia de estos días, la carne no sería un ingrediente permitido. Y es por este motivo que la gastronomía ligada a estos días está directamente condicionada por la abstinencia absoluta de carnes rojas o blancas y cualquiera de sus derivados. Pero que no cunda el pánico, ya se sabe que “no sólo de carne vive el hombre”.
Por suerte, contamos con una extensa tradición gastronómica, que nos va a permitir disfrutar de una gran variedad de platos y recetas que no utilizan este tipo de productos.
Y es en este punto cuando el pescado se convierte en el rey de las casas. Durante la Cuaresma y la Semana Santa, el pescado refuerza su presencia, preparado de múltiples formas, con variados y diversos cocinados. No somos nosotros, son las cifras las que así lo verifican; diferentes estudios de consumo corroboran como, durante el periodo de Cuaresma, aumenta de manera significativa el consumo de productos pesqueros y acuícolas, elevando a la primera posición del ranking al rey bacalao.
El bacalao es el rey.
Sea por tradición, costumbre o creencia, tanto durante la Cuaresma como durante la propia Semana Santa, el bacalao es el pescado más consumido. Estamos ante un producto cuyas ventas se disparan por encima del 70% respecto al resto del año. Cifras de récord que certifican que el bacalao es el rey de las cocinas.
Hablamos de dos recetas tradicionales de Cuaresma y Semana Santa donde el bacalao es el protagonista.
POTAJE DE VIGILIA:
A primera vista, el término potaje puede ser considerado como sinónimo de plato pesado, potente o de un elevado aporte calórico. Nada más allá de la realidad, estamos ante una receta mucho más ligera que los tradicionales potajes de carne o chorizo.
La base del potaje de vigilia son ingredientes de fácil adquisición; espinacas, bacalao y garbanzos.
– ¿QUÉ VAMOS A NECESITAR?
- 200 gr. de cebolla.
- 300 gr. de garbanzos SPAR.
- 300 gr. de espinacas SPAR.
- 2 dientes de ajo.
- 300 gr. de bacalao desalado.
- 100 gr. de tomate.
- 2 rebanadas de pan tostado SPAR.
- 4-6 huevos.
- 500 – 800 ml. de agua o caldo de pescado SPAR.
- Pimentón SPAR.
- Pimienta negra SPAR.
- Aceite de oliva virgen extra SPAR.
- Sal SPAR.
– ¿CÓMO PREPARARLO?
1. Ponemos agua en un cazo al fuego y, cuando rompa a hervir, incorporamos 6 huevos y los dejamos a fuego medio durante 10 minutos. Reservamos.
2. Incorporamos los garbanzos (que previamente hemos tenido en remojo durante 12 horas) en una olla y los cubrimos de agua, dejándolos cocer durante 2 horas.
3. Removemos los ajos pelados en una sartén con aceite durante unos minutos. Añadimos las rebanadas de pan tostado hasta dorarlo. Reservamos ajo y pan.
4. El siguiente paso es picar la cebolla fina y sofreírla hasta que está pochada, picamos el ajo y lo añadimos al sofrito.
5. Añadimos una cucharada de pimentón y mezclamos.
6. Es el turno de los tomates; los pelamos y trituramos, añadiéndolos al sofrito junto con sal y pimienta.
7. Añadimos más agua a la de cocción de los garbanzos. Añadimos a la olla las espinacas y el bacalao. Lo dejamos cociendo unos 15-20 minutos a fuego medio. Finalmente, añadimos los huevos al potaje.
BUÑUELOS DE BACALAO:
Crujientes y dorados bocados salados, los buñuelos de bacalao es otra de las recetas típicas de Semana Santa que no debemos dejar de hacer junto con el potaje de vigilia.
– ¿QUÉ VAMOS A NECESITAR?
- 400 gr. de bacalao desalado.
- 2 dientes de ajo.
- 200 gr. de harina de trigo SPAR.
- 3 huevos grandes.
- 150 gr. de mantequilla SPAR.
- 300 ml. de agua SPAR.
- 1 cucharadita de postre de impulsor químico.
- 1 manojo de perejil fresco picado.
– ¿CÓMO PREPARARLO?
1. Hervimos ligeramente el bacalao, lo secamos y pelamos.
2. Ponemos a fundir, a fuego medio en un cazo, la mantequilla con agua, al empezar el hervor, retiramos del fuego e incorporamos la harina.
3. Reincorporamos al fuego y mezclamos hasta conseguir una masa homogénea.
4. Es hora de añadir los huevos a la masa, uno a uno, hasta conseguir una mezcla lisa y cremosa.
5. Desmigamos el bacalao, picamos los ajos y el perejil, y los añadimos a la masa. Removemos y la dejamos reposar en la nevera durante una hora.
6. Tras la espera, calentamos abundante aceite en una sartén y freímos los buñuelos.