A lo largo de la historia, los modelos de alimentación en el campo infantil han ido cambiando; las modas, el surgimiento de nuevos estudios al respecto o la evolución o cambios de la propia sociedad han hecho que podamos hablar, a día de hoy, de una serie de generaciones que se han ido intercambiando cíclicamente. De esta manera, tenemos la “generación del biberón” seguida de la “generación de la teta”, seguida, a su vez, de la generación del biberón, y así sucesivamente.
Pero estas dos generaciones tienen un punto en común: y es que todos sus integrantes, una vez dejado biberón o teta, inician un proceso de introducción de sólidos. Este paso de la leche al sólido es la denominada Alimentación Complementaria.
Y a este respecto, en los últimos años ha surgido con fuerza, sobre todo gracias a su difusión a través de redes sociales el llamado Baby Led Weaning (destete guiado por el bebé), que deja de lado la alimentación complementaria en forma de triturado para otorgar al peque, a partir de los seis meses, el poder de interactuar directamente con la comida a modo de trozos. Es decir, el “dar de comer” de antaño se sustituye por el “el bebé come autónomo”.
Y como todo movimiento, tiene sus detractores y defensores. No pretendemos en este punto demonizar ni alabar unas prácticas u otras. Entendemos que el método de alimentación elegido por unos padres hacia sus hijos será, sin lugar a dudas, el mejor método que le puedan ofrecer. Aun así, vamos a ver qué es lo que dice la AEP (Asociación Española de Pediatría) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) de la introducción de la Alimentación Complementaria.
La Alimentación Complementaria (AC)
La alimentación complementaria ha sido y es un tema muy debatido entre los profesionales y, lógicamente, entre los propios padres. Y lo cierto es que no existe una verdad absoluta al respecto y, al no existir, no hay tampoco un consenso unánime en lo referente a cómo, cuándo, por qué y de qué manera introducir los alimentos sólidos en los lactantes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de “el proceso que comienza cuando la leche materna ya no es suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales del lactante por sí sola y, por tanto, se necesitan otros alimentos sólidos y/o líquidos, además de ésta”.
La AEP (Asociación Española de Pediatría) añade a esta definición que, además, tiene que ser “llevada a cabo gradualmente, conduciendo al niño de manera suave a la dieta del adulto”.
Ambos organismos recomiendan la introducción de la alimentación complementaria entre los 4 y 6 meses.
Pero en los últimos años las recomendaciones han cambiado numerosas veces y seguramente fruto de esta evolución, en el 2018, la AEP (Asociación Española de Pediatría) publicó una guía con recomendaciones para padres y familiares sobre la alimentación complementaria; un manual para guiar a padres y pediatras en el proceso de introducción de sólidos en el bebé , abordando, por primera vez, la práctica del Baby Led Weaning (BLW).
Baby Led Weaning (BLW).
También denominado “alimentación guiada o autorregulada por el bebé” es una forma de ofrecer la alimentación complementaria en la que al bebé es actor principal. La labor de los adultos no es la de hacer triturados sino decidir qué ofrecen, bajo las premisas de comida sana segura y variada, siendo el bebé el que coge por sí mismo la comida que queda a su alcance. Pasamos de “hacer el avión al bebé” a que sea él quien elija qué comer y cuánta cantidad.
Y, después de aceptar esta práctica como válida en la introducción de AC, ¿Cómo aconseja la AEP que se practique?
Os explicamos los puntos clave:
- Ofrecer al bebé la misma comida que al resto de la familia (siempre que no sean alimentos con riesgo de atragantamiento en los bebés), a trozos pequeños y de textura blanda. En la guía, la AEP se aconseja ofrecer al bebé la comida tipo finger food o en palitos, ya que, en sus inicios, el bebé no es capaz de hacer la pinza y utilizará los puños para “agarrar” los alimentos. Una vez que la habilidad motora mejore, se podrán ofrecer comidas seguras cortadas en pequeños trozos.
- El bebé es autónomo en su alimentación. Es decir, se alimenta por sí mismo desde el inicio, empezando con las manos e introduciendo los cubiertos paralelamente a su evolución psicomotriz.
- Desde el inicio del BLW el aporte de leche, sea materna o artificial continúa siendo a demanda.
Sea como sea, vemos que todos los métodos de introducción de alimentos, tarde o temprano, mutan y evolucionan. De hecho, hay quien considera que fueron nuestras bisabuelas las primeras en practicar con nuestros abuelos el BWL; unos abuelos sentados al regazo intentando atrapar lo que podían de la mesa….
Y es que de métodos hay muchos, tantos como familias; hay quien combina el método “tradicional” de ofrecer triturado con el Baby Led Weaning, hay quien crea purés de texturas increíbles, hay quien da a sus hijos autonomía más allá de las manos…
De cualquier manera, el día a día de cada familia y sus necesidades, el compaginar la vida laboral con la maternidad–paternidad, la realidad de cada uno … son factores a tener en cuenta en el momento de elegir la manera de introducir la alimentación complementaria a tus hijos. Y seguro, elijas la que elijas, será buena.