¿Qué entendemos por actividad física? ¿hay un límite de edad para practicarla? ¿es la actividad física sólo de los más jóvenes?
Intentando dar respuesta a estas preguntas, no vamos a inventar la sopa de ajo si afirmamos que la actividad física no puede ser una actividad con fecha de caducidad.
Sí que podríamos darle a la actividad física una especie de “propiedad mutante”, ya que, en función de la edad y del propio estado físico de las personas, será de una manera u otra.
Y es que la actividad física en sí, según la OMS (Organización Mundial de la Salud) es “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía. Ello incluye las actividades realizadas al trabajar, jugar y viajar, las tareas domésticas y las actividades recreativas”.
Y es la misma OMS que distingue el tipo a actividad recomendada en función de la edad, distinguiendo diversos tramos de edad. Nos vamos a centrar ahora en la franja de edad más adulta. Vamos a ver cuáles son los tipos de actividades recomendados para la franja de edad + de 65 años.
Tipo de actividades recomendadas:
- Practicar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, o al menos 75 minutos semanales de actividad física intensa, o una combinación equivalente entre actividad moderada e intensa.
- Para obtener mayores beneficios para la salud, llegar a 300 minutos semanales de actividad física moderada, o su equivalente.
- Las personas con problemas de movilidad deben practicar actividad física para mejorar su equilibrio y prevenir caídas al menos 3 días a la semana.
- Conviene realizar las actividades de fortalecimiento muscular 2 o más días a la semana y de tal manera que se ejerciten grandes conjuntos musculares.
- La intensidad con que se practican distintas formas de actividad física varía según las personas. Para que beneficie a la salud cardiorrespiratoria, toda actividad debe realizarse en periodos de al menos 10 minutos de duración.
¿Y los beneficios? Y es que realizar este esfuerzo, ¿Qué nos va a suponer? ¿qué vamos a lograr?
Diferentes estudios han evidenciado de forma clara y contundente que, en general, y en comparación con los adultos mayores menos activos, las personas mayores físicamente activas, tanto hombres como mujeres, presentan menores tasas de mortalidad por todas las causas. Suponiendo la práctica de actividad física, la prevención de cardiopatías coronarias, control de la hipertensión, la diabetes de tipo 2, prevenir la aparición de cáncer de colon y de mama.
Resulta también un muy buen antídoto natural contra la depresión y aporta una mejor masa y composición corporal.
Y es que, lo cierto es que el sedentarismo es considerado actualmente como el factor de riesgo de muerte más prevalente a nivel mundial. Y son también los múltiples estudios que se han realizado los que dictaminan que sesiones cortas de ejercicio, la mayor parte de los días de la semana, de forma continua o acumulada de 10 a 15 minutos en intensidad moderada, aportan en este rango de edad beneficios incalculables.
Porque cuando el objetivo final va más allá de la cantidad de años a vivir, y se centra en la manera de hacerlo, rodeados de salud y bienestar, es cuando parece evidente la necesidad de decirle adiós al sedentarismo.