Para celebrar el Día Internacional de la Tortilla de Patata os traemos varias curiosidades sobre este plato símbolo de la gastronomía española. Desde su origen en España, la tortilla de patata ha extendido sus fronteras y se cocina en muchas partes del mundo. Aunque es un plato muy valorado a nivel internacional, su elaboración hoy en día tiene tantas variedades como gustos posibles.
La primera tortilla de patata
Hay diversas historias que se remontan al origen de la tortilla de patata. Una de estas la atribuye al general Tomás de Zumalacárregui, quien creó el plato en busca de alimento nutritivo para sus tropas durante el sitio de Bilbao de la Primera Guerra Carlista. Otro relato totalmente distinto menciona a los campesinos navarros como creadores de este humilde plato.
La versión deconstruida de Ferran Adrià
Ferran Adrià popularizó una tortilla de patata de lo más inusual. El chef empezó a investigar nuevas técnicas para innovar este plato tradicional y dio con una receta que despertó la curiosidad de muchos paladares. La idea proviene de la tortilla de patata creada por Marc Singlà. La llamada deconstrucción de la tortilla tiene una base de cebolla confitada, sabayón de huevo y espuma de patata. Aunque es una creación muy original, el sabor que todos conocemos se mantiene intacto.
Tortilla de patata… sin huevo
Durante la Guerra Civil el cocinero Ignasi Domènech escribió un libro que testimonia el hambre de la época. Entre las recetas para hacer frente a la escasez de recursos encontramos una tortilla de patata sin huevo. El recetario sugería reemplazar el huevo por bicarbonato, agua, harina, perejil, pimentón y aceite. También se daban ideas en caso de que no se dispusiera de patatas. En este caso, se recomendaba utilizar la parte blanca de las naranjas.
La tortilla más grande del mundo
La tortilla de patatas hecha por el chef Senén González y su equipo consiguió en 2014 el récord Guinness a la más grande del mundo. El evento tuvo lugar en Vitoria y se emplearon unas cantidades enormes de huevos, patatas, cebolla, sal y aceite de oliva. Para ello se tuvieron que utilizar sistemas de resistencias de temperatura, ya que darle la vuelta era una tarea físicamente imposible.