La natación es uno de los deportes más enriquecedores porque supone una actividad muy completa. Además de fortalecer nuestro cuerpo y mejorar la salud, aumenta la sensación de bienestar de aquellos que lo incorporan en sus rutinas. La diversión y el entretenimiento que ofrecen es uno de los motivos por los cuales pequeños y grandes se sienten atraídos por practicarlo. Nadar en grupo tiene múltiples beneficios para ambos que vale la pena tener en cuenta.
Ideal para estar tranquilo
En primer lugar, se trata de un deporte fabuloso para aprender a relajarse. Cuando alguien respira con un ritmo adecuado, las probabilidades de que se pueda relajar son más altas. La natación ayuda a mejorar la respiración, y esto supone una herramienta imprescindible para liberar el estrés y trabajar la concentración.
Perfecto para fortalecer relaciones
Nadar es una actividad que segrega endorfinas, las llamadas “hormonas del placer”. Después de unos minutos de esfuerzo, la sensación de felicidad está garantida. Compartir estos momentos de bienestar en familia ayuda a enfortecer los lazos familiares y a construir espacios comunes de desconexión. Cuando se establecen este tipo de rutinas, se generan momentos en que los miembros de la familia aprenden a convivir unos con otros.
Excelente para la salud
El ejercicio de la natación es perfecto para prevenir lesiones musculares. Ir a la piscina o al mar estimula el crecimiento de los huesos y fortalece los músculos. A parte de tener estos beneficios físicos, resulta ideal para el sistema cardiovascular y respiratorio. Uno de los aspectos más importantes es el hecho de que ayuda a prevenir lesiones de espalda.
Aliada del descanso
Nadar requiere de un movimiento constante, ya sea para mantenerse a flote o avanzar posiciones. El agua es un medio que requiere más esfuerzo físico para obtener los movimientos que deseamos. Todo ello supone un desgasto físico que después equivale a un cansancio mayor. De este modo, el deporte nos ayuda a conciliar nuestro sueño y disfrutar de un descanso más plácido.
