Estos días de invierno ha vuelto a nuestras vidas una de las frutas más famosas de la temporada: las mandarinas. Son ideales para cualquier momento del día y nos acompañan durante las épocas de frío. Esta fruta la solemos consumir en fresco, aunque también son populares las conservas de gajos de mandarinas.
Se dice que el nombre del fruto se debe al color de los trajes que vestían los mandarines, los gobernantes de la antigua China. Su llegada a Europa fue más tardía, concretamente en el año 1805.
Del mismo modo que la naranja, el pomelo y el limón, la pulpa contiene jugo rico en vitamina C. A pesar de que no almacena tanta vitamina C como la naranja, su cantidad es considerable. Esta fruta destaca también por su presencia de betacaroteno y provitamina A.
Ricas en potasio
El mineral que abunda más en la mandarina es el potasio. Este mineral resulta muy necesario para la generación y la transmisión de los impulsos nerviosos, la actividad muscular y la regulación del agua en las células. Además, ayuda en el transporte de oxígeno al cerebro y en el ajuste de la presión arterial. El cuerpo necesita el potasio para funcionar correctamente.
Aliadas frente a las gripes
La medicina tradicional china veía a la mandarina como un elemento indispensable para conservar la salud. Hoy en día, con el avance de la ciencia podemos afirmar que se trata de una fruta que refuerza la inmunidad. De hecho, comer cuatro mandarinas al día estimula las defensas y supone un buen complemento antioxidante. Estos beneficios contribuyen a prevenir gripes y resfriados.
Superaprovechables en la cocina
La mandarina suele comerse sola después de una comida, una cena e incluso para almorzar o merendar. Sin embargo, estas frutas nos dan mucho más juego. Aparte de los gajos, puede sacarse provecho de la cáscara, el jugo o las hojas en infusión. En primer lugar, se puede rallar la cáscara de una mandarina ecológica en una ensalada. Esto le dará un toque buenísimo e innovador a nuestro plato. En segundo lugar, el zumo se puede utilizar como aliño para ensaladas, gelatina e incluso salsas. Por último, pueden decorarse varios postres con piel confitada.