Si el otoño ya está aquí es porque, inevitablemente, el verano se ha acabado.
Y es que, con la llegada del otoño, inevitablemente, se acaba el calor y los días se hacen más cortos, menos luz natural y más oscuridad.
Dicho de esta manera, así, de golpe y todo seguido, parece que nos adentramos en un panorama de enorme tristeza y penumbra. Pero nada más lejos de la realidad. El otoño puede llegar a ser sinónimo de alegría, con hojas caídas y días más grises, pero alegres.
Ya lo dicen que todo depende del cristal con el que se mire. Y es que muchos miran la llegada del otoño como la constatación del fin definitivo de ese sofocante calor del verano. Otros consideran el otoño como una puerta abierta a nuevas oportunidades y experiencias. Un espacio temporal idóneo para comenzar nuevos proyectos, nuevos inicios, nuevos descubrimientos …
Pequeños que se ilusionan con sus recién estrenadas mochilas, sus lápices, rotuladores o relucientes uniformes. Pequeños que ven en el final del verano el inicio de una nueva aventura.
O adultos que durante el verano cargan sus pilas y vuelven con fuerza a la “vida real”. Adultos que, entre descanso y descanso, caña, tapa o idas y venidas a la playa, han ideado en sus mentes un plan estratégico que los llevará a nuevos retos de futuro. Adultos que ven también en el otoño la estación ideal para comenzar a dar forma a sus nuevos proyectos.
Y el hecho es que, como suele ocurrir con la llegada de un nuevo año, el otoño también se está convirtiendo en el mes de los nuevos propósitos y metas. El mes ideal para reinventarse. Para no tener miedo a hacer cosas nuevas, ir más allá de la dimensión conocida y lanzarse a la “aventura” de descubrir nuevas sensaciones. Y es que el otoño es una estación excepcional que nos ofrece emociones excepcionales. ¿Nos lanzamos a ellas?
Las cosas excepcionales del otoño
¿Qué nos decís de las setas? ¿Has ido alguna vez al bosque en su búsqueda?
Caminar y perderte entre caminos y ramas, con la cabeza baja, en busca de ese manjar que nos ofrece la naturaleza en otoño, respirando aire puro, buscando, rebuscando y catalogando.
Igual sería un buen momento para comenzar un curso de reconocimiento de setas y convertirte en un experto explorador, diferenciar la gran variedad de especies que se encuentran en diferentes tipos de hábitats y aprender a distinguir las principales setas comestibles de las tóxicas….
Pero si las setas no es lo tuyo, el otoño también te ofrece la excepcionalidad de comprar unas castañas asadas de camino a casa, para merendar o para hacer un pequeño tentempié a media tarde. El sentir ese calor característico del cucurucho de papel de castañas recién hechas entre las manos …
¿Y qué nos decís del Halloween? Sólo en otoño tenemos la oportunidad de vivir la noche más terrorífica. Pasar los días previos decorando una calabaza, pensando en un disfraz de lo más monstruoso o ensayando la famosa frase “Truco o trato”. Sin duda, una de las festividades más excepcionales que nos ofrece el otoño ¿no creéis?
Y, por último, aunque esta no sea una actividad exclusiva del otoño, cierto es que la llegada de esta estación nos provoca un aumento de horas en el hogar. El hecho de “abandonar” las calles y reclutarnos cada vez más entre las cuatro paredes de nuestra morada, nos ofrece la oportunidad de disfrutar de todo lo que ésta nos ofrece. En concreto, estamos hablando de la cocina. Muchos encuentran en el otoño la estación ideal para comenzar un curso culinario. Coger el delantal por los cuernos y convertirnos en auténticos chefs. Un taller de cocina saludable, de pastelería salada, de platos tradicionales, de tapas, cocina japonesa…. En definitiva, aprovechar el otoño y convertir tu casa en el restaurante favorito de tus amigos y familia.
Y es que, ya lo veis, la cantidad de situaciones y experiencias que sólo el otoño es capaz de proporcionarnos. ¿Las aprovechamos?